Envidia

En el silencio de una mañana cubierta de incertidumbre puedo divisar los oscuros deseos que tiene la envidia. Es impresionante cómo sus ojos están desorbitados tratando de atrapar su próxima presa. Aún que muchos los nieguen… Ella se ha convertido en la dueña de las almas codiciosas.

No creo ser inmune a sus garras. Por ahora he tratado de protegerme en este lugar solitario. Parece que fue una actitud cobarde escapar, pero es algo necesario por el momento. Ya que mis sentidos están totalmente deteriorados.

Tampoco puedo entender cómo la hidalguía ha sido consumada por las serpientes vacías de imaginación. Ni siquiera hay restos de un ángel de la guarda en este putrefacto lugar.

Nuevamente es de  noche. El mecanismo de defensa que estuvo hoy descansando necesita nuevamente activarse. Porque mañana volveré a encontrarme con esa nube llena de egoísmo que no ha dejado de crecer.

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