Gustavo es una persona que está sentada en la parte solitaria de un bar desde hace dos días. Este hombre que está vestido con una remera azul y que tiene estampado un gato en el pecho, se ha levantado para preguntarles en voz alta a los demás clientes. «¿De qué color es la vida y de qué están hechos los sueños?», pregunta que ha molestado al señor que tiene una corbata blanca y usa un perfume bastante empalagoso. Este le ha contestado: «Para mantener un bienestar emocional en la vida, se debe mantener el silencio».
Esta situación ha logrado que ese bar heredado de inmigrantes italianos se quede paralizado por varios minutos. Ha sido Juana. La mujer del piso número diez, quien se ha atrevido a romper esa tensión. Juana tiene una provocativa minifalda color salmón y una camisa del mismo tono, la cual está prendida solo con dos botones. Imagen que podría espantar a los seres impolutos que circulan por la ciudad.
Esa mujer de voz sensual y curvas prominentes le ha contestado a Gustavo que la vida es de color rojo y que los sueños están hechos con las sumatorias de las noches pasionales. Comentario que ha enardecido al hombre de la corbata cándida. Este no ha podido contener más su lado correcto y se ha subido a una silla para decirles que están equivocados y que están dementes por sus pensamientos.
Situación que le ha causado gracia a una señora vestida de color naranja. Por su fisonomía, esta mujer aparenta estar cerca de los noventa años. Ella se ha levantado apoyando su bastón para decir: «Todos tenemos sueños y tenemos colores». «La vida está hecha por muchos colores y por la construcción de los sueños de todos nosotros».
En menos de un minuto todo quedó en penumbras. Una mujer con la cara pintada de negro ha llegado al bar y ha comenzado a caminar entre las mesas; en pocos segundos se para frente a la mujer de naranja. Sin decirle nada, la toma del brazo y, haciendo un pequeño gesto con la cabeza, la invita a retirarse del lugar.
Nadie se animó a seguirlas. Esa mujer vestida de negro se había llevado a la señora mayor entre el silencio de todos los presentes. Situación que había dejado perplejo al señor de la corbata blanca. No es por nada, pero ese hombre sabía que el silencio que tanto añoraba había atraído a una mujer que modifica el tiempo… Y también los colores.