Las confusiones deberían ser eliminadas de las mentes de aquellas personas que no dejan de pensar. Aunque parezca algo ridículo, muchas veces son armas letales que usan los desquiciados para destruir a los sensibles.
En la puerta de mi corazón estoy colocando una bandera blanca. No es que me quiera alejar de los conflictos para convertirme en alguien tibio. Solamente busco que quien se acerque pueda darse cuenta que ya fui abatido muchas veces por el desinterés.
No debería exponerme de esa forma ante la mirada de las princesas que tienen vestidos de terciopelo llenos de pelusas, pero es tan fuerte el perfume de ingratitud. Que muchas veces debo vestirme de cruel para no llenarme los ojos con polvos de estrellas.
Situaciones muy sencillas de resolver en los días de primavera. Solo que cuando la belleza de las aves nos apabulla, terminamos vendiendo flores secas en las puertas de los cementerios.
Aunque la mayoría de veces las dietas siempre fracasan. He decidido guardar herméticamente este cerebro flácido en un frasco de vidrio. No tengo miedo de que le hagan daño, es que he preferido que no se ilusione con las mentiras que usan las doncellas confundidas.