Mientras el mundo sigue girando, me acerco a la suavidad de una voz llena de misterio. Tal vez sean mis dolores corporales los que no me dejan observar la belleza de las flores, o quizás sean esos ojos que se han emocionado por hablar de dolores los que me producen tanta admiración.
Me siento muy relajado en una silla que debe haber recibido a muchas personas llenas de locuras, y otras tantas que aún hoy le deben estar pidiendo perdón a Dios.
Por unos segundos, pienso que mis silencios atragantados están a punto de salir. Por momentos, siento que la coherencia debe ir de la mano con mi ansiedad. Debo admitir que la mujer que tiene el control de la situación es admirable por donde se la mire.
Simpatía, sensibilidad y un guiño de complicidad. Hasta me animaría a decir que su dosis de humor es mucho más alta, pero se le nota en el rostro que el día ha sido largo.
Cuando intento decir que el mundo está lleno de sangre y que es probable que mañana todo colapse, observo que sus ojos se humedecen por los recuerdos. Siento que ella es mucho más que una flor admirable.
Cuando todo llegaba al final, ella sacó un as de su manga para hacerme trastabillar. Me dijo que me observara en el espejo que tenía de niño y que le gritara a ese viejo loco lo que sentía. Lo que ella no se dio cuenta es que este tiburón gordo, lleno de cicatrices, hace rato que se emociona con la mirada sentimental de las flores llenas de magia.
1 comentario en “Flores llenas de magia”
Precioso 💗