Giros

Las bebidas milagrosas van desapareciendo y con ellas también se escapan las estrellas que solían visitar al pastor tímido. No sé cuánto tiempo podrá vivir sin ellas. Tampoco sabía cómo se embalsamaban los renos para que trascendieran, hasta que un día quedé inmortalizado en una foto llena de desamor.

Mientras escucho las campanas que nos invitan a sacarnos el demonio. Una señorita llena de belleza dice que está rota como muñeca abandonada. Solo he podido sonreírle; con solo saber su edad, le debería decir que los cuernos del reno fueron inventados con inteligencia artificial. De lo contrario me sentiría mucho más viejo que el animal embalsamado.

Después de un largo periodo de inestabilidad emocional, el pastor ha vuelto a converger entre el rebaño lleno de hipocresía. Él está decidido a cambiar el mundo y a dedicarles poesías eróticas a las señoras mayores. Aunque parezca una opción fuera de moda, esas mujeres se deleitan con las verborragias de un buen samaritano.

La oveja más pequeña del rebaño comenta que el reno está entre nosotros. Que solo eran falacias de los vecinos que estaba embalsamado. Desde el fondo, una oveja vieja dice en tono muy bajo: “No creo en los animales que esconden los cuernos bajo un sombrero de alas anchas”.

El pastor la ha escuchado y se ha acercado hacia ella. Sutilmente le ha dicho: “Usted tiene el alma pecaminosa. “No puede juzgar al reno por sus cuernos y a la muñeca rota por sus lágrimas”.   A lo que la vieja oveja le ha contestado: “No creo en los pastores que cuidan a los renos en el día y por la noche dejan las muñecas tiradas en el tacho de residuos.

Compartir
Compartir
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *