Diminuto puente

Nadie ha quedado sin saber lo que ha sucedido. Ni siquiera el cura obeso, mucho menos la mujer que se viste de bruja. Todo el mundo está convulsionado por la noticia que ha trascendido en el pequeño valle de la ciudad de Córdoba.

Julia, una pelirroja de cincuenta y dos años. Profesora de literatura en un colegio de la zona y amante de la naturaleza. Mujer que tiene una fisonomía corporal con tinte adolescente y a la cual poco le importan los comentarios de su comunidad entrometida. Esa mujer que cautivó muchísimos corazones en ese pintoresco lugar ha decidido invitar a su alumno Federico a una charla de amor y paz bajo el puente diminuto de ese hermoso pueblo.

Federico es un albañil de diecinueve años. Oficio que aprendió de su tío Juan el día que decidió dejar el colegio. No fue algo que estuviera premeditado por ese muchacho de piel morena. La orfandad había golpeado la puerta de su casa hacía más de seis años. No le quedó otra que acercarse al hermano de su padre para que lo ayude.

Juan fue muy claro con su sobrino: “Es trabajar o morirse de hambre”. La elección de Federico estaba a la vista.  Se había convertido en el albañil más joven del pueblo y porque no, el más codiciado por su honradez y sinceridad.

Fue así que en el año 2022, gracias a una recomendación de la directora del colegio donde daba clases Julia, es que la señorita de pelos rojizos conoció a Federico. En ese tiempo Federico estaba a punto de cumplir sus diecisiete años y Julia acababa de festejar el medio siglo.

Los primeros días de trabajo en la casa de Julia fueron de mucho silencio. Solo se comunicaban cuando Federico le solicitaba algún material, pero con el correr de las semanas sucedió algo.

Julia se enteró de lo que había sucedido con la vida del joven albañil y se enterneció al saber por qué no había podido concurrir a la escuela. Ese fue el comienzo de la relación. Ya que ella se ofreció a darle una mano para que finalice sus estudios.

En la actualidad, Federico ha podido avanzar con sus estudios y también ha logrado tener una relación. Ya que desde hace un tiempo. Julia, la profesora del pueblo, se convertirá en su esposa la última semana de noviembre.   

¿A quién podrá importarle la diferencia de edad de esos enamorados? ¿Al cura, al tío, a la bruja, a la directora o a la gente? Mientras todas las personas siguen haciendo preguntas y sacando conjeturas. Ellos se besan apasionadamente al costado del diminuto puente.

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