Sin darnos cuentas
Siempre esperé los días oscuros para llenarlos de color. Nada puede ser más placentero que cerrar los ojos para abrazar a quien te ha enseñado a ser sincero. Mientras los hipócritas y envidiosos se alejan en silencio, una multitud de manos llenas de amor se acercan para hacerme notar que estoy vivo. A quién puede …