En silencio.

Mientras que las lágrimas se van derramando sobre la mesa llena de juguetes, esa mujer de larga cabellera ha decidido algo muy drástico en su vida. Intentará dejar de sufrir para  siempre.

Ya no le importa las plazas, los juegos, la visita cotidiana a la puerta de la escuela, tampoco esos momentos únicos cuando remontaba barriletes. De todo eso, nada le sirve. Ni siquiera ese rayo de sol que entra por su ventana, muchos menos el canto de los pájaros que se han posado en el techo de su casa para tratar de acompañarla.

Para muchos, eso será una decisión equivocada. Para ella, será terminar con ese dolor tan grande que tiene en el pecho. No tiene escapatoria, el silencio a comenzado a sacarle filo a un elegante cuchillo.  

Carmen es una mujer de treinta y picos de años. Morocha, soltera, sin pareja. Esa mujer de mediana estatura cuenta con un trabajo estable desde hace muchos años, eso le permite llegar con lo justo a fin de mes, y también poder llevarle religiosamente los domingos; flores a su difunta madre.

Esa mujer llamada Carmen lleva tirada sobre la mesa aproximadamente 3 días. Solo se ha girado para tomar algo de agua de una botella sucia, y encoger las piernas para no molestar a su gato blanco.

Ella está totalmente confundida, no le interesa saber qué días es, como tampoco que habrá de comer en la heladera. Ella está muy cerca de morir, no hay dudas de que eso pueda suceder. Ya se percibe el olor de la parca en la cocina. 

Los pájaros que estaban en el techo se han marchado, todo quedado en silencio. Hasta el gato tiene lágrimas en sus ojos. Carmen se a ido, a nadie le ha avisado. Como tampoco lo hizo su hijo; cuando intento atrapar su pelota en esa calle tan transitada.

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3 comentarios en “En silencio.”

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