Realidad.

Siento que he pasado demasiado tiempo observando las estrellas. Parece que fuera algo estúpido, pero no se imaginan lo feliz que me hace.

Para los estratos de esta sociedad convulsionada, seguramente mirar estrellas es una pérdida de tiempo, y una falta de interés con el prójimo.

¡Qué pobre que somos! Tanto nos cuesta darnos cuenta de lo miserables que solemos ser cuando comentamos bajezas de los demás, y cuando pensamos que nuestras ideas son demasiadas perfectas para esa gente que piensa distinto a nosotros.

Me dirán que no debo preocuparme, y que solo debo enfocarme en lo que yo disfruto. Que las personas malas terminaran en el infierno, y que los envidiosos sufrirán su propio karma.

¡Qué tristes que somos! Pensar que otros se harán cargo de nuestros propios problemas, Eso hará que nos vayamos convirtiendo en seres esperanzadores de las dádivas que nos pueden arrojar los malhechores.

He cambiado de parecer, seguiré mirando las estrellas por un rato más. He descubierto que una de ellas se ha quitado el velo que la protegía, y ahora decidimos que seremos compañía por un largo rato.

No se olviden. Hay momentos que es mejor mirar al cielo, que a ese estúpido que busca sacarte las ilusiones que tanto has soñado.

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